Por la dignidad de las personas, nadie en la calle

Una jornada increíble en el Albergue de Santa María de la Paz

Publicado el: jueves, 30 de junio, 2022

Avanza ONG

El sábado 18 de junio un grupo de veintidós voluntarios de Orange acompañados por AvanzaONG pasamos una jornada increíble en el Albergue de Santa María de la Paz; es más que una casa, es un hogar atendido por los Hermanos de San Juan de Dios donde se reparan almas. 

Ellos están acostumbrados a lidiar con esas dificultades, pero para muchos de los voluntarios, que era la primera vez que tenían un contacto directo con gente sintecho, estoy segura de que ha dejado huella. 

El día empezó con una presentación por los protagonistas que representaron una escena recordando sus difíciles vidas. Son valientes porque abren su corazón para mostrar lo más doloroso que han vivido y superado en parte. Son generosos por compartirlo con nosotros sin conocernos de nada. Son admirables por contestar a nuestras preguntas de forma sincera.

Foto 1  Preparando la comida

Continuamos con dos grupos de trabajo, uno al huerto donde hay mucho que hacer y otro a cocina para preparar comida y cena para nuestros comensales. Con mucho cariño y mucho calor hicimos una barbacoa que pudimos disfrutar comiendo con ellos.

Nos despedimos con la seguridad de que repetiremos la experiencia, más y mejor.

El domingo nos despertamos con el mensaje de Juan Antonio y Esther contando cómo disfrutaron todos de la cena y lo contentos que estaban. ¡Da gusto saber que la jornada les dejó tan buen sabor de boca como a nosotros! 

Y, ordenando los recuerdos de las fotos que nos intercambiamos, empezamos a pensar qué más podríamos hacer.

Foto 2 Trabajo de voluntariado en el invernadero

Alba, de dieciocho años que vino con su madre, nos cuenta lo que sintió: “La experiencia en el albergue de Santa Maria de la Paz, además de muy gratificante por hacerte sentir útil, te abre los ojos a una realidad muchas veces oculta. Lo triste es que nosotros mismos decidimos obviarlas por ser más fácil que enfrentarlas. Es una realidad que, por desgracia, sufren más personas de las que pensamos, son gente estupenda y con gran corazón. De esta experiencia me llevo el acercarme un poco más a las personas en esta situación, ayudarlos, escucharlos, y, sobre todo provocarles sonrisas. Es una experiencia que todo el mundo debería probar alguna vez tanto por lo que aporta como por la satisfacción personal, yo sin duda lo repetiré.”

Adriana que trabaja en la Unidad de Empresa nos escribe cómo lo vivió: “El pasado sábado tuve la oportunidad de conocer a muchas de las personas que viven en el Albergue de San Juan de Dios.  Personas que, por algún contratiempo en sus vidas han perdido casi todo. He aprendido que existe una línea muy pero que muy delgada entre tener una vida ordenada y no tenerla; entre la ilusión y la desesperanza, entre la felicidad y la desgracia. 

Sentí mucha tristeza al conocer algunas de sus historias, pero a la vez me alegró saber que luchan por salir adelante, que han encontrado una gran familia que los ayuda, los acoge y sobre todo que les brindan mucho amor.  En lo personal, me gustó mucho compartir con ellos el día, estas personas son habitualmente ignoradas por la sociedad y creo que es nuestro deber ayudarlas en todo lo que podamos.”

Foto 3 Preparación de la barbacoa

Y Eva, del departamento de Inmuebles nos da todos los detalles de cómo pasamos el día: “El sábado 18 de junio viví uno de los voluntariados más intensos de mi vida. Comenzamos con Esther, trabajadora social que nos explicó el funcionamiento el albergue todos los detalles. Visitamos las instalaciones, la capilla, la biblioteca, la lavandería… Dos cosas me llamaron mucho la atención, la primera en la capilla, el “cuadro castigado” (con la pintura hacia la pared) cuya bella historia no contaré aquí porque merece la pena escucharla de boca del Hermano Juan Antonio; y la segunda, la mini tienda de Scalpers, con su look & feel que ofrece los productos gratis para que los que viven allí tengan acceso a ellos. Me pareció una acción muy generosa por parte de esta marca.

En el salón de actos cuatro residentes representaron una obra de teatro, uno leyó un texto con experiencias de vida reivindicando la dignidad de la vida y la necesidad de hogar para que nadie esté en la calle. En la mesa redonda pudimos hacerles preguntas y poco a poco nos fueron contando cada uno su historia personal y el motivo que los llevó allí. Relatos verdaderamente impactantes y emocionantes, todos tenían como denominador común la importancia de la familia, y yo, como resumen me quedo con una frase que dijo uno de ellos: “Hay una raya muy fina entre estar allí o estar aquí. Yo antes estaba allí como vosotros, pero el destino quiso que acabara aquí. Nadie está libre de terminar aquí”. 

Foto 4 Preparando la comida y la cena

Después de esta intensa experiencia nos organizamos en grupos de trabajo para ayudar, unos en el huerto limpiando el invernadero, otros embolsando  un regalo para cada residente y otros en cocina para preparar una maravillosa Barbacoa!!!! 

Yo estuve en el grupo de cocina, cortando fruta, loncheando embutido y preparando carne para la barbacoa. También les dejamos lista la cena que consistió en una fresquita ensalada de pasta y brochetas de melón y sandía hechos con mucho mimo.

Cerca de las dos de la tarde, los residentes empezaron a venir y a degustar una estupenda hamburguesa completa, pinchos de chorizo, morcilla, salchicha…. Y de postre, ¡helados y bombones! Algunos repitieron menú y sobre todo nos agradecieron mucho el trabajo del día.

Foto 5 Sirviendo la comida

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