Más que entregar una cesta…una experiencia que cambia la Navidad
Entre todos los voluntarios que vinieron a repartir cestas estaba una blogger muy especial, una mamá viajera que se pone el mundo por montera y hace todo tipo de planes con su familia. ¡Planes solidarios también! ¿Y quién mejor que ella para contaros su experiencia? Os advertimos…¡es emocionante leerlo!
«Me hablarón de esta iniciativa hace meses. Y en ese momento tuve claro que estas Navidades seríamos voluntarios. Mis hijos están demasiado acostumbrados a pensar en ellos, a tenerlo todo fácil, a creer que todo el mundo tiene juguetes y comodidades. De ahí mi calendario de adviento solidario. Creo que los padres tenemos también la obligación de sembrar generosidad. “Los niños son lo que ven”.
Así que les conté a los niños que íbamos a repartir cestas de comida y juguetes para familias desfavorecidas y allá que nos fuimos el domingo los 5. El mérito de todo es de Avanza ONG. Durante Diciembre recogen y organizan miles de cestas de comida para familias desfavorecidas. Un gran trabajo que supone tiempo, esfuerzo y muchas manos.
Nosotros nos apuntamos al reparto. Una mínima parte de las horas y el trabajo que hacen ellos. En el parking nos esperaban 1.200 cestas de comida, cajas de juguetes, yogures… todo empaquetado y bonito, con sus números y organizado por familias en función de sus miembros.
Entré y me emocioné. Cientos de cajas empaquetadas con cariño, voluntarios pasando frío que te ayudan con una sonrisa, cestas con lazos rojos y regalos. Está todo muy bien organizado. Te asignan familias en función de la zona que tú elijas, cargas el coche y lo llevas.
Mis hijos cargaron y ayudaron en lo que pudieron. Me ilusionó ver a Bárbara llevando paquetes de yogures tan feliz. La familia nos recibió encantada y nos invitó a pasar. Tenían niños. Mis hijos estaban cortados, mirando sin hablar. Viven en Torrejón de Ardoz y yo les comenté que en Navidad me encanta ir por lo bonito que lo ponen en fiestas.
La madre me reconoció que no va a las fiestas porque no puede permitirse montar a los niños. A su hija de 9 años le encanta patinar sobre hielo, pero nunca lo hace. No pueden. Así que les pedí permiso para llevarme a Violeta un rato a la feria con mis hijos.
Se lanzaron los tres juntos y jugaron, como niños, ajenos a preocupaciones. Ví a Violeta reirse a carcajadas. Un rato de esa felicidad que mis hijos, afortunados, disfrutan a diario en Navidad.
La sonrisa de Violeta fue sin duda lo mejor del día.
Gracias a Avanza por tanto trabajo y esfuerzo y por hacer posible que cientos de familias puedan pasar un poco mejor estas Navidades. Os animo a todos a apoyar y colaborar a asociaciones como esta. Todos los pequeños gestos cuentan. Y por desgracia, para muchas familias la Navidad no es tan maravillosa como para nuestros hijos.»
¡Aquí está esta súper mamá viajera!