Doña Clotilde y el tiempo

El viernes pasado nos sucedió algo muy curioso. Era una ajetreada mañana en la que llegaban tres camiones y nueve furgonetas hasta arriba de productos para usar en la campaña de Navidad: aceite, algunos turrones, juguetes, bebidas de todos tipo, dulce, chorizo, conservas…¡una locura!

Entre camión y camión y mil gestiones que estaba haciendo todo el equipo desde distintos sitios, apareció un chófer trajeado en una furgoneta preguntando por Avanza ONG: «Traigo unas cosas para Navidad» dijo.

Nos miramos entre nosotros, y sólo alcanzamos a decir: «¿De dónde viene?». Escueto, respondió: «lo traigo de parte de doña Clotilde». Estábamos tan extrañados que apenas reaccionamos, simplemente empezamos a descargar la furgoneta y vimos que traía todo lo que habíamos pedido por un mensaje de whatsapp (aceite, conservas, turrones y juguetes nuevos para niños entre 13 y 18 años). ¡A alguien le había llegado ese mensaje y había encargado una compra para nosotros! Por un momento nos quedamos quietos mientras la furgoneta se iba, sin creer muy bien lo que había pasado y sin saber quién era doña Clotilde.

 

Una mala foto que no hace justicia al cargamento que nos llegó el viernes por la mañana

Cuando contamos esta anécdota a los demás compañeros, y según fue viniendo gente a ayudar el viernes por la tarde nos dimos cuenta de que todos los voluntarios, todo su esfuerzo son una alegría y una sorpresa como la de «doña Clotilde»: el voluntario que pone su coche para ir a algún sitio, el que trae un aperitivo, el que cambia un horario de trabajo para echar una mano, el que se multiplica y hace el pino para llegar, los que traen amigos para sumar manos, los que se levantan antes para adelantar trabajo o estudio y así poder ayudar, el que invita a comer, la empresa que hace un esfuerzo para donar sus productos o servicios, los que ponen música y dan buen rollo, las que bailan, los que te arrancan una sonrisa, los que sugieren nuevas mejoras, los que hacen el trabajo más duro sin quejarse y sonriendo, el que se juega el tipo, el que se pone en la foto aunque sea vergonzoso, el voluntario jubilado que aprende a usar el ordenador para trabajar cosas online, los que comparten en redes sociales y dan a like, los que hacen piña, los que lloran de emoción al ver a quién va la ayuda, ¡todos y cada uno!

Todos los voluntarios que están en Avanza están reflejados en estos y en muchísimos otros aspectos. A lo mejor todos no podemos hacer una compra, pero todos dan un poquito del bien más valioso que se posee: el tiempo. Y no sólo el tiempo, otros bienes materiales e inmateriales que nos hacen avanzar, que nos descansan en un momento intenso, que nos dan fuerza para seguir cuando hay mucho que hacer, y sobre todo, que dan sentido a lo que hacemos: unir personas con una sonrisa.

Por todo ello, queremos agradecerte, Clotilde, no sólo la sorpresa del viernes, sino recordarnos, en medio del caos, que cada voluntario es un presente, que todos llegamos a Avanza llenos de regalos para poder ayudar y que una vez más, podemos decir, que Navidad Para Todos será una realidad, porque depende de cada uno de nosotros, ¡y estamos dándolo todo!

Realmente tenemos voluntarias que son regalitos…¡envuelta y todo!

¡Un millón de gracias!

 

 

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